En el desierto de tu propia agonía, se barajan sólo palabras resecas que ni siquiera alcanzan para rescatar tus angustias. Que absurdo tu cuerpo tembloroso, inactivo del abrazo que deseabas, pudriendo aún más tus represiones. Acorazado vives en tus herrajes oxidados y aún te tomas el vulgar derecho, de fantasear vanidades sexuales. Mi cuerpo se ha ido de ti. Mis sueños y hasta la misma muerte de cabellos blancos que imaginábamos.
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5 comentarios:
Si tengo que elegir me veria en serias dificultades... pero leo uno a uno de nuevo y me detengo en este que me ha fascinado!!!
Eres una maga de las palabras! me encantan tus breves relatos llenos de profundos contenidos!
FELICITACIONES CLAUDIA...
BESABRAZZOS!
Gracias amiga... Eres bella, tierna, sensata, generosa y sabes dar en el momento justo... te quiero mucho y deseo conocerte algún día...
BeZZos!
Llegar hasta abuelitos, sentados uno frente al otro, un plato de sopa y decir un “te quiero”.
Ya no fue, ni será.
Me gusto, un agrado, sigue siendo bonito.
Lo que no fue ni será suele dar paso a lo que debe ser...
Saludos y gracias otra vez!
Es verdad tiene que ser así. Una renovación continua.
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