martes, 4 de mayo de 2010

El cartero II (Final)

...............................¿Por qué ahora? ¿Por qué codearse con la muerte, por qué pensar que la soledad no es buena cuando había creado su perfecta y sincrónica vida?

Pensó en ella.








2ª parte y final:


Así llegó el final de Abril, las noticias no hacían otra cosa que hablar del comienzo prematuro del calor en Madrid. Estaba exhausto ya, confundido, sus sentimientos nobles de otrora le suplicaban espacio. No podía olvidar la imagen de la anciana que volvía en pesadillas noche tras noche. Un año llevaba muerta allí. Tan solo las empresas que no cobraron sus cuentas se “acordaron” de ella. Solo entonces comenzó a ser “necesitada”…

Luchando contra su ya casi enloquecido corazón, desbordado por el miedo a sufrir, refrenando todo deseo que avasallaba a su cuerpo, intentó nuevamente volver a ser el cartero de antes. Serio, cumpliendo su tarea sin involucrarse demasiado con el afuera, ni siquiera con sus compañeros. No volvería a hacer el ridículo nunca más exponiendo su vida, tan reservada en los últimos años que la convertían en un misterio volcado en algunas de sus canciones, que dejaban entrever aquel pedacito ínfimo de vida en que había sido feliz, y lo mucho, mucho que padecía por acomodarse a sobrevivir.

Era inminente el regreso a Madrid para recoger algunas pertenencias que allí le quedaron. Casi una cuarentena de días intentó convencerse que iría, volvería a ver a aquella mujer, le contaría un trozo de su vida, la amaría ese corto tiempo y se despediría de ella para siempre, para recordarla en su guarida solitaria. La mayor probabilidad de ella -siendo Sudamericana- era que regresara a Buenos Aires, donde estaba su casa, demasiado inhóspito es el tema “inmigrantes” en Europa como para correr riesgos venturosos en España. Pensando en todo eso, a mitad de semana, antes de marchar, llegó correspondencia certificada para “Cristina” y otra vez de Manuel, pero esta vez, con los datos correctos de remitente. Pulsó el timbre “C” del séptimo piso satisfecho por haber acertado el buzón…

— ¿Puede bajar a firmar? —

—Ahora mismo— respondió Cristina— con tono de castañuela en la voz.

—¡Buenos días carteru*! Ante todo voy decite una cosa: muchas gracies—



La miró con cara de asombro mientras le acercaba el bolígrafo para que firmara. — Sí, si, es que la carta que me dejaste, no era para mí, era para la chica del “B”, pero se mudó unos días antes y no sé con que destino, la verdad, así que abrí la carta pensando que podría encontrar algún dato para hacérsela llegar… pero cuando leí esas palabras, sentí un enorme impulso por conocer a esa persona -ruborizándose lo dijo- y como traía su número de teléfono, le llamé… Un poco para decirle lo que había pasado y otro poco por infinita curiosidad. En conclusión - dijo- estamos en contacto, pues ya ves, el destino parece, ha querido que nos conozcamos y francamente estoy muy conmovida… Así que por eso te doy las gracias, fuiste tú quién depositó la carta en mi buzón.— Bueno, anda, me alegro por ti, seguiré trayéndote cartas de él entonces.—dijo sonriendo— Se despidió y giró su cuerpo estremecido, son la sensación de que todos los letreros del universo le indicaran el camino, hacia una aldea, a la que no quería ir… No se imaginó nunca tampoco que un impulso, una corazonada, lo haría partícipe alguna vez de una historia como ésta, o cualquier otra… Como la de la anciana. Miró sus manos, las sintió volverse humanas, hambrientas de caricias perennes. Lo envolvió una brisa frágil, con el olor de aquel cuerpo tibio que había dejado, sin posibilidad y el permiso del abrazo espontáneo, deseoso de reconstruir un sentido, un deseo de tener a alguien más por quién vivir.

Y con todo eso, fue a Madrid. Allí se amaron con la punta del alma temblorosa en los besos. Ambos eran conscientes del adiós. La vio quedarse en la Terminal de Autobuses, inmóvil, disimulando una sonrisa, para esconder la lluvia de lágrimas que refractaban como un prisma al arco iris, descomponiendo la luz. Prometieron no llamarse ni interferir en la vida del otro, se comprometieron al intento de soltar la sorpresa del encuentro, que parecía limitarse, por todas las fronteras. No pudieron. Una semana después estaban llorando los dos, abrazados al teléfono, echándose de menos. Volvieron a apelar al juicio e intentar el desarraigo, más no hacían otra cosa que pensarse cada instante de sus vidas. Dos vidas, que debían cambiar radicalmente para vivirla en común.

Permanecieron en críptico silencio. Reflexivos. Apelando a la agonizante dosis de raciocinio que perdura, cuando estalla el amor. Apagar ese volcán, era como querer tapar con un solo dedo la inmensidad del sol...



Llegó el verano y con él, las vacaciones. Y aunque su plan era irse a Galicia y airearse al sol en sus playas... Terminó su último día de trabajar, recogió cuatro cosas y enloquecido como león encerrado que rompe la jaula, salió desbocado. A buscarla. Sin avisarle, de sorpresa… Quería decirle tantas cosas...si es que ya ni respiraba bien sin verla. Y ella… tan triste, estaba próxima a resignarse para emprender el regreso al país donde vivía. El solo hecho de pensarla tan lejos físicamente lo empujó hacia la locura, a derribar laberintos internos, a deshacer las amargas promesas, a zambullirse a un mundo que lo dejaba vulnerable, pero del que ya no era capaz de escapar. La soñaba día y noche y sabía con certeza que ella lo amaba tanto como él.

Se reencontraron con toda la locura de un amor primitivo, se devoraron acoplando sus cuerpos, eran engranajes de una pieza perfecta, como dibujados por una mano suprema. Volvió la ilusión a sus rostros y en el corazón, la peligrosa osadía adolescente que subleva raciocinios. Exploraron infinitos laberintos secretos, abrieron cada celda hermética de una pasión dormida, acicalada de sueños a punto de extinguir. Lloraron de gozo, ante el marco de diferentes lugares que la llevó a conocer, la abrazó también con la rima de su cultura, se descubrieron sensibles ante la riqueza de la historia, que los bendecía en cada beso de amor.La llevó también a su pueblo, le enseñó sus costumbres, dónde nació, como vivió… Fueron días de cuento, un librito de fantásticas figuras troqueladas, pinceladas por el sol...

Con el fin de las vacaciones llegó lo que no deseaban, una nueva separación, la vuelta a la rutina para él, a dejar de ser humano para volverse carne de cañón. Y volvió el miedo, la incertidumbre, el mensaje dañino de los modelos parentales, los mandatos sociales, el descreimiento de la felicidad. Volvió un vacío mucho más profundo que cualquier posibilidad de dignificar la vida. Volvió la culpa. Y el silencio, una vez más…



Seis meses más tarde… Llegó a su casa, abrió el buzón, le rozó los dedos la tibieza de una carta…Se sentó en los escalones del portal y leyó:



“¡Hola guaje*! Taba cebando unos mates* y acordeme de que va facer un añu que nos conocimos. ¿Tovía me ames como yo a ti? Ye que esti amor me tien comía hasta los güesos. Na, solo quería decite que toy contigo y recordate lo MUCHO, MUCHO que te amo, solo por eso ye el mi mayor deseu ¡QUE SEAS FELIZ!

¡Ah¡ Por ciertu… ¿Qué quies pa comer el día del nuestru aniversariu? ¿Humita* o fabá*? ja!



La tu moza* jejejeje!!!!!”



Sonrío. Subió las escaleras. Abrió la puerta y la abrazó…


FIN


El "carteru" hoy:

Imagen by DamasArt [Todos los derechos reservados]



*En Bable lengua asturiana:

Carteru: Cartero,

Orbayü: Llovizna.

Embruxu: Embrujo.

Fabá: Fabada, comida típica de Asturies (Asturias) a base de fabes (alubias - porotos).

Guaje: Niño

Moza: Novia


Otros:

*Humita: Relleno típico del norte de Argentina a base de granos de maíz (choclo) que se utiliza para varias opciones: empanadas, canelones etc.

*Mate: infusión típica de Argentina y Uruguay.


Curiosidades:

Esta típica costumbre de los países del Río de la Plata...

Esta infusión fue utilizada originariamente por los indios guaraníes, quienes utilizaban la yerba mate. Los Jesuitas, que se establecieron en la zona que hoy ocupa la provincia de Misiones (Argentina) mejoraron su cultivo, por lo que allí se ubican los mejores yerbatales.Actualmente la yerba (hoja de yerba mate picada) se puede adquirir en paquetes de 1/2 y 1 kilo, y en la región productora, fraccionada en bolsitas.El recipiente en el que se ceba el mate, es el "mate", que puede ser el tradicional, hecho de calabaza curada, o un jarrito de loza o enlozado, o madera. La infusión se toma con bombilla, y se puede cebar dulce o amargo. El recipiente que contiene el agua para la cebadura es la pava, cuya agua se considera "a punto" unos grados anteriores a la ebullición. Si el agua hierve, no sirve para el mate. Esta costumbre es bien hogareña en Argentina y Uruguay aunque se ha popularizado, y actualmente hay lugares en donde se usan termos, para trasladarse con el equipo de mate, para tomarlo en cualquier lugar u ocasión.




Escrito en Asturias en 2007

1 comentario:

Academia Win dijo...

Vaya final,la piel erizá,viva el destino que hizo posible esta guapísima historia de amor y viva Daník que la sabe contar así. Alégrome mucho.bsinos, otru pal carteru.

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