viernes, 20 de mayo de 2011

I Megaquedada Microrrelatista - Madrid


 Días antes preparando el micro tuneado, decidí llevar uno hecho completamente a mano y algunos otros digitalizados.









 Welcome

Se pondría el bañador de lunares y las enormes gafas negras para esperarlo salir del mar. Se recostaría en la tumbona, y en la mesita de playa, colocaría el zumo de piña helado, con una pajita en forma de sombrilla. Lo apretaría contra su pecho caliente y le devolvería el aliento con un interminable boca a boca… dejaría que la untara con aceite…  se amarían sin prisa.

Despertó sonriendo, se abrigó con su bata
de lana azul y se dirigió a la cocina. Violeta no ladró, apenas la miró y agachó la cabeza. El esposo -como todos los domingos- bajó por el periódico y al regresar -en silencio- le acarició la espalda.
Con una taza enorme de café se sentó frente al ordenador y escribió en el buscador de Google: isla+caribe+solitaria+paraíso+amor. Inmediatamente pulsó en “Voy a tener suerte”.  Un zumbido y un calor intenso le subió por las sienes... Desvaneciéndose casi, sujetó el escritorio con fuerza por miedo a caerse. Abrió los ojos y aunque el sol la cegaba, entre destellos pudo leer:
“Bienvenidos a la isla: Cuidado-con-lo-que-sueñas”.



   "Anuro" es el que leí :

Lo elegí en el momento por la alusión de Depropio (maestro de ceremonias) al léxico rioplatense (no me había enterado que leeríamos todos los presentes) estaba entusiasmada escuchando las lecturas y tomando fotos para la reseña que me encomendó Martín Gardella para la Internacional Microcuentista.

En el sorteo, unas ranas del texto "Érase otra vez" de Los jardines de Puck parecen haber escuchado la historia de Pepe Alvaro y se vinieron conmigo...




Como así también el magnífico regalo de Elisa de Armas (talentosísima y bellísima mujer):

El señalador o marcapáginas de Niño Cactus:

Y el texto de Puck que menciona  en un perfecto y armonioso juego de palabras, nombres y blogs de los participantes:

EL JARDÍN CON TRES ROSAS AMARILLAS

Todo empezó cuando confesé que podía detener el tiempo. Colgué un cartel chiquito en un tiesto, con un garbancito que me regaló Manuel Ferrero y un grano de arena de Ángeles Sánchez. Nunca hubiera imaginado el revuelo que, según me contó Kum tiempo después, se acabó montando.
Contando las horas, no habían pasado ni 24, cuando Anita casi dinamita mi ventana mientras el tigre de Pablo se comía las hojas de la plantita ante los ojos de una bruja de chocolate.
No le dí importancia, y hasta les cogí cariño. Les fui hablando con las palabras que aprendí de Su y las preciosidades de Sara. Las primeras 99 las guardé en una caja y, el resto, en un arcón mágico. Aunque ninguna estaba en mal estado, las dejé secar antes bajo la luna, como hace Torcuato, esperando escribir así con ellas microrelatos al por mayor sin importarme que fueran perdedores o no.
Se lo conté a Marina, que me dijo - anda ya, no me vengas con historias -. Pero no le hice caso y envié tantas cartas sin sellos que no puedes ni imaginArte. Cuando se enteró Propílogo, se desahogó a gusto y me contó que Elisa se alzó en armas y se enfrentó a Manu quien espada en mano perseguía a Lola Sanabria que llevaba agarrada a la niña de Fernando empeñada en besar a todas las ranas que se encontraba.
Entonces me di cuenta. Ya tenía un tiesto pero con vuestra colaboración y la de muchos que quedaron en el tintero, hoy tengo unos jardines, tres rosas amarillas y la cabeza en las nubes siguiendo la voz de Quesia y buscando a Clara Varela, pero esa, es otra historia.
Así que, borrón y cuento nuevo.

*** 
 
Con esta entrada cierro con nostalgia el capítulo de la inolvidable Megaquedada Microrrelatista en Madrid, sin embargo, como esto recién empieza, estoy armando un blog con la exposición de todos los micros tuneados:

4 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias al trabajo de todos los presentes, los ausentes nos sentimos allí!

Mil besos

puri.menaya dijo...

Tu relato muy bien elegido, sí, ahora entiendo por que te costo tanto salir, estabas cambiando el relato que ibas a leer. Me encantó el final de tu cuento, saber que detrás de todo sapo podía esconderse un príncipe. Me encantó conocerte, aunque no tuvimos ocasión de hablar mucho, otra vez será.
el relato tuneado, expresa muy bien como volamos a través de la pantalla y se cumplen nuestros sueños, como en las Tres Rosas Amarillas. Besos.

Danik Lammá dijo...

¡Muchas gracias Puri! Ha sido todo un bello sueño hecho realidad claro que sí, cómo tu "Encantamiento" que me ha "encantado".
Habrá muchas "otra vez será", lo sé, a veces como chocolate y me convierto...

Anónimo dijo...

Un gustazo conocerte, Danik. Te mando casi yéndome a Chile...
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ

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