Con Sancho Panza he recorrido caminos intrincados, sin desasosiegos. Él todo lo hacía posible. Era el alfarero de mis cuencos vacíos -mendigos de luz y esclavos del olvido- Fue mi guía, es mi amigo… ahora, es cuando toca estar a su lado. Lo sostengo mientras le susurro al oído: —Ladran Sancho… seguimos juntos, compañero— Y el veterinario, acaba su trabajo.
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13 comentarios:
Pronta mejoria al fiel amigo Sancho Can....
Saludos.
Hay silencio, más no te olvido..
El final es abierto. Pero esperemos que Sancho se recupere... un abrazo Rub
Espero que lo acabe, y lo acabe sanándolo.
Un saludo indio
Me temo que el trabajo del veterinario no era, en este caso, el de sanar.
Lo siento por Sancho y por la persona que deja aquí.
Saludos.
Blog de EBUDE
ME A ENCANTADO TU BLOG, EL MIO SI LO VISITAS ALGUNA VEZ NO SE SI TE GUSTARA, NO ES TAN DULCE COMO EL TUYO, PERO LO INTENTO, SALUDOS Y ESPERO NOS LEAMOS, UN ABRAZO.
Muy muy bien!!!
Para mi está claro que se acabó el tiempo de Sancho, pero me alegro que otras personas aún tengan esperanza.
No se va solo, sino lleno de amor.
Un abrazo
Un abrazo estimadísimo Nelson. Lo mismo te digo eh?
Senddero, es lo que tiene el microrrelato, la posibilidad de darle vida, o no, a Sancho... Un abrazo y muchas gracias por leer.
No Comments, muchas gracias por pasar. Es tu elección de final, ¡que así sea!
Avelino, en este caso, lo escribí como lo percibes, la inyección es letal. Pero es el deseo de muchos dejarle a Sancho vivir aunque está viejo y con enfermedad terminal.
es muy grato para un escritor conocer vuestras reacciones.
Un abrazo.
Templario, muchas gracias sinceramente por halagar mi blog, casi va solo ya con el tiempo. Mil disculpas por la tardanza a las respuestas, estuve de viaje. Ya visitaré tu blog, sin dudas.
Gracias estimada Anita, un placer tu visita y comentarios. Un abrazote.
Bonito micro y sorpresivo final, Danik.
Encantado de haberte conocido. Ya te tengo fichada, ja, ja.
Besos.
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