Esto también pasará - De: "Cartas dormidas"

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Sigo muy triste. Intento olvidarte, mejor dicho, dejar de sentirte, olvidarte no podré nunca. Todavía pesa más el amor que la decepción. Hago un esfuerzo por reconciliarme con las cartas para ti. Algo ha cambiado. Tal vez tenga temor de transcribir mis pensamientos. Hoy desearía no amarte. Empiezo a verte igual a todos aunque me haya enamorado de ti ese profundo misterio que te hacía diferente. Sin embargo, hoy me repites las mismas frases de que quienes han pasado por mi vida, terminan al fin convirtiéndome en un ideal utópico y por lo tanto inalcanzable: "Te mereces lo mejor" "Alguien que te brinde lo que yo no puedo darte" " Tenemos tiempos diferentes". Y lo más irrisorio, es que en los ciclos de mi vida amorosa, ha sido recurrente el hecho de que terminen añorándome y manteniendo un lazo afectuoso, escondiendo detrás un deseo evidente de pertenencia y celos.
Y ASÍ CRECE MI SOLEDAD. Así se agiganta mi paso por este mundo con esta sensación de ala quebrada, fragmentada, incompleta…

Es tan simple lo que busco... el amor de ESE que cuando me mire a los ojos sepa que me ha encontrado. Y la mayor pena que ahora siento, es haberlo hallado contigo. No sé que es peor, si haberlo hallado y haberlo perdido, o haber continuado mi búsqueda chocando siempre al final con un gran vacío...

Estuve un rato en el ciber de Lavapiés luego de haber oído tu voz adormecida, tarde me di cuenta que desde que te agregué como número favorito, me sale más barato hacerte un llamado breve, a enviarte un mensaje.

Miré a mi alrededor a las personas, ensimismadas en su mundo, manteniendo contactos. Me recreó la atención a mi derecha una mujer hindú en comunicación audio visual con su amor. Y eso de que las distancias no son favorables... “El roce hace al cariño” dijiste. Sin embargo se respiraba el amor. Me pregunté cuan lejos estaría ese hombre... y mi imaginación se disparó como un misil, yo, de regreso en Buenos Aires, tú, en tu pueblo de Asturias, hablando de lo que no supimos conseguir... A veces me pregunto que tan alto debemos poner los listones para despertar... Me hablas de los tiempos como si quisiera cortarlo con el filo de un cuchillo y yo solo sé que te amo HOY, que la urgencia la siente mi delgada anatomía que se ha consumido en pocos días entre tantos nervios y tanto dolor...

Mi corazón se esfuerza para abrir sus alas comprimidas e imitar a las golondrinas y poder así volar en sincronía perfecta, hacia otro hemisferio, donde entibie el sol.
Todavía llevo pendiendo en mis orejas los delfines que me regalaste y me besan por ti. Cuando me miro al espejo, a través de ellos escucho tu voz que me repite: "te amo…" Me asusta la imagen de mi rostro visiblemente entristecido -te cambiaron los ojos- me dijo ayer nuestra amiga Anyel con cara de asombro. -Lo sé, pero no me digas lo que ves- contesté.

Y luego están mis hormonas, violentamente revolucionadas en un nuevo ciclo retrasado, arremetiendo con síntomas de agudo dolor en mi vientre, ahora sin el sudor que dejara huellas en tu cuerpo con un deseo enloquecido.

Me siento agotada, comencé a tomar vitaminas de nuevo. Necesito un poco de paz, un poco de calma para poder adquirir de nuevo confianza y valor.
Me duelen tanto como a ti nuestras conversaciones, pero me llenan de gratitud y claridad. Me hablas de un modo de vida respetable que me empuja a la amarga reflexión. Supongo que te refieres a tu propia moral, la cual respeto, como a la de cualquiera. Sólo me permito el derecho de hacerte preguntas. Hay cosas confusas, como haberte aferrado a mí para vivir mientras duró el aislamiento de tu ex novia, posteriormente al intento de suicidio. Como si acaso yo fuera la única que "puedo" sostener el "abandono". Tal vez no sepas que el hecho de que no haya atentado contra mí no significa que no esté "como muerta".

Sé que sobreviviré, descuida, y por sobre todo valoro, reitero, tu sinceridad aún a sabiendas de que TODA la verdad me aleja más de ti y de nuestra historia.

No te culpo por tus actos descentrados, supongo que lo has hecho desde tu propia desesperación. Además con el breve paso por mi vida y muy a pesar de todo, siempre que estuvimos juntos me llenaste de amor. Los momentos duros que hemos vivido han sido necesarios, sobre todo para mí, que no sé vivir sin realidades, y es casi hasta ridículo, justo yo, la soñadora, la que presume ser una alquimista de la vida. Deliro volando por mi universo fantástico, pero necesito tener muy firmes los pies sobre la tierra y saber sobre que suelo camino.

Seguro estarás sintiendo olor a despedida en esta carta, pero no lo es. ME QUEDO EN TI. Hoy no estamos juntos. Eso es todo. No pienso en otra cosa. No hago planes, ni conjeturas. Dejo todo lo vivido y lo que nos pasa en manos del TODO, el UNIVERSO, DIOS o como se le llame. TODO ES PERFECTO. Todo llega en el momento justo, "nada llega tarde" dice nuestra canción. Y a mirar p'lante! En un rincón de mi alma siempre te echaré de menos, por lo que significaste para mí y por lo que pudo ser... En breve tiempo, de verdad la sensación que me queda es la de mi gran, gran amor. A lo mejor nos encontramos en otro momento, o en otro espacio/tiempo (aunque tú no creas en la reencarnación) y con los mismos "tiempos".

A pesar de todo aún TE AMO, no sé cuanto durará...

Y también sé que ahora mismo prefiero estar sola conmigo, no me hace bien amarte con dolor.
Hay un cuento ahí en el libro que te di, con la inscripción en un anillo:

"ESTO TAMBIÉN PASARÁ".

SÉ FELIZ…

PD: Seguiré soñando con un mundo mejor, por eso, amor mío, te libero.

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Madrid 2005

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