Lo guardó en un cofre forrado de cuero, color chocolate. Cerró con la llave Anj y lo escondió en el trastero de los cobardes. Pero éste, no tardó en escaparse. Salió por la cerradura y un día cualquiera le empujó a maquillarse, a calzar los tacones y salir a la calle. En su DNI se alega el registro: Roberto Giménez, hombre.
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